Iruya
preparando la feria en Humahuaca
arreo, camino a La Quiaca
Vacaciones con Osvaldo. Rutas inesperadas, aún cuando parezca todo planeado, analizado, resuelto de antemano. Siempre un margen para la incertidumbre, la sorpresa, aquello que escapa al mero "turistear". Y en este caso, desde el comienzo. ¿Cuantos seremos?, ¿cuatro?, ¡ah, seis!, ¿se acoplaron dos más?, bueno..., ¿ha no?, seremos ocho..., ¿tampoco?, ¿dos más?, ¡DIEZ!. Bue... Y sin embargo..., todo resulto mejor, mas facil. En lugar del viejo dicho "viajando se conoce gente", fue algo así como: "Conociendo gente se viaja". Al diablo los temores, los prejucios, y encima unos días excelentes. ¿Qué mas se puede pedir?. Seguir viajando. Y con Osvaldo, claro.
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