El temporal
se llevó el techo del galpón,
tirantes carcomidos por la polilla,
chapas llenas de orín y caca de paloma.
Nada más triste que las herramientas
de un plomero jubilado
desparramadas por el barro.
Busco en qué plaza quedaste,
adonde te arrumbó el ventarrón,
y te descubro bajo el único eucalipto en pié
comentando animado, frente
a un grupo de veteranos carpinteros,
tus aventuras en Wisconsin,
transando llaves inglesas
con los herederos de Wyatt Earp,
las noches de luna llena
hilando cáñamo
con las mexicanas de Puerto Vallarta,
el largo paseo por las fuentes del Nilo
hasta las minas de plomo del Kilimanjaro.
Relatas cada etapa con una claridad
digna del National Geographic,
vos
que nunca saliste de Villa Elvira,
das cátedra de sobrevivencia.
Maravilloso, como esos versos de Raúl Gustavo Aguirre, gracias por permitirme disfrutarlo. Lo comparto en mi muro para felicidad de todos, Carlos. Abrazo grande
ResponderBorrarConcepción Bertone
Gracias por la lectura Concepción. Un abrazo.
ResponderBorrarHe leído pasados unos días de esta tragedia, que ha sido la inundación un poema tuyo bello y estremecedor, llamado El pájaro de las cinco y media. Ojalá lo agregues a este, también muy bueno.
ResponderBorrarAbrazo
Claudia Garnica
Gracias Claudia!
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