José Luis Colombini
Insomnio
Sombras como flechas
que se calvan en los
párpados.
El techo que gira escupe
espectros
que se esconden contra los
rincones.
Parpadeo y todo cambia de
sitio,
cierro los ojos y ensordece
el silencio,
abro los ojos y el tiempo se
detiene.
Los relojes sueldan sus
punteros
en una hora fija, sin sueños
sin pesadillas…
Pierdo el sentido
cuando la noche empieza a
padecer
y se enciende el día.
entre hormigueos del cuerpo
siento tu abrazo que me
entibia por dentro
justo cuando amanece.
(de Detrás de la noche,
Ediciones Agua de Luna, Córdoba, 2001)
A Miles
Sóplale el culo al mundo
desde tu trompeta.
Arráncale una lágrima
al corazón de una rubia
Muévele los pies
a los Ghettos del Bronx.
Róbale un beso
a la mesera de caderas
musicales.
Y sacudí las nubes
con tu delicada serenidad,
para que el coro de ángeles
dance al ritmo de su música.
Naranjo
La humedad de tu aroma
perfuma en el calor
asfixiante de noviembre.
El lamento de Nick Cave
viste de angustia a las
gotas,
que desde un cielo de
tristeza,
inundan la mañana con tu
ausencia.
Cerrando círculos
Pasan los días, las
estaciones,
los estados de ánimo,
las ánimas, las sombras, los
sonidos.
Y uno a veces deja cosas sin
cerrar
y otras cerradas con los
demonios
que nos torturan adentro.
Y así pasan relaciones,
feriados,
noches desapacibles y la
vida,
amontonándose como un trasto
de ropa sucia.
(de Tatuajes despojados, Montaña Cartonera, Traslasierra,
Córdoba, 2013)