I.14 AMO EL MUNDO
Yo también amo el mundo
pintándola en las paredes de los burdeles
amo el mundo repitiendo en las calles
esos movimientos monótonos
de ir y venir
ir y venir
ir
Monsieur Brakett
yo amo el mundo
intentando huir
de los que como usted van creciendo en el umbral
pegado a la pared
van creciendo en línea recta y van girando también
en línea recta
creando una caída recta
de pájaros que vuelan
un trayecto recto
Kierkegaard lo entendería mejor
la felicidad terrena como una trivialidad mundana
repitiéndose en medio del caos
Epicuro
Feuerbach
Banchi de las calles de Lima de 1986
Lima roja rosa rota para andar
desde el Cristo crucificado
al centro de este mundo real/ irreal
un lugar para Voltaire
para ir y venir
ser o no ser
el velo de novia en medio de la noche
el caballo negro
lo total
Descartes en medio de esta irracionalidad
de
andar aquel camino
después del camino que se ha emprendido
toda la vida
Yo también amo el mundo
tirando para atrás
mis redes con sus peces de cera
nihilistas del lado mayor
Heidegger – de entre todos
hijos de hojalata
hojas de un cuaderno de apuntes
de un viaje a Berlín
antagonistas de la nada
opuestos de sí
yo amo el mundo
y el mundo me ama a mí.
II.7
Un ataúd para Rosa Vrúbel
busco un ataúd rojo para sus escupitajos
una hora del día para construirle el camino
por donde irá exhumando muertes
Rosa náutica Rosa
ascética Rosa agnóstica
toda rosa reluciente
María Rosa Vrúbel tuvo para sí
los fantasmas que llegaban por las tardes
y se tragaban la luz de sus ojos
Cogí una rosa del jardín
y la rosa me clavó sus espinas y me cortó las venas
habitó mi alcoba
mezcló su sangre con la mía
de amarró a mi cuerpo por siglos
La rosa se hizo un puñado de lumbre
e iluminó la vida
mi vida
ésta vida que escogí para vivirla
tirada hacia las cosas que más amo
hacia la real irrealidad de siempre
allí donde estoy atado a tu piel
a tus entrañas
a tu Cracovia natal
Rosa Vrúbel tiene la edad de la media luna
el cuerpo de los quejidos que nadie soporta
tiene por sueños la podredumbre de sus pasos
que se van para no volver
de las mariposas que vuelan y se parten en dos
en DOS largos gritos
Es dos de octubre y los árboles se parten en dos dos veces
en dos las rosas
en dos los caminos por donde regreso a casa
Rosa es la noche dos veces
Rosa las constelaciones dos veces
El recuerdo de Rosa crece en este rincón donde
está pintada con sus senos pequeños
sus violines sus
murciélagos su migraña
su cárcel sus balas
sus tatuajes sus traumas
y etc., etc., etc.
Johnny Barbieri (Lima, Perú, 1966) ambos poemas de su último libro: "Rotos tods los cabos (Poesía 20 años)", Lima, 2013.
Gracias Carlitos por la publicación. Eres un gran amigo
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